martes, 20 de julio de 2010

miércoles, 14 de julio de 2010

martes, 29 de junio de 2010

El precio de la autodependencia

"Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio.
Tendré que ser libre aunque a ti no te guste.

Y si no vas a quererme, así, como soy;
y si te vas a ir de mi lado, así como soy;
y si en la noche más larga y más fría del invierno
me vas a dejar solo y te vas a ir...
cierra la puerta, ¿viste? porque entra viento.
Cierra la puerta. Si esa es tu decisión, cierra la puerta.
No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que quieras. Te digo: cerrá la puerta, porque yo me quedo y hace frío.

Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable.
Porque los autodependientes son inmanejables y sabemos que no hay nadie que los pueda manejar. Porque a un autodependiente lo manejas solamente si él quiere, con lo cual, no es manejable, no estás manejándolo; él está manejando la situación, él se está manejando a sí mismo.

Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir en el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.
Si eres autodependiente, de verdad, si no vas a dejarte manejar ni siquiera un poquito, es probable que algunas de las personas que están a tu lado se vayan... Quizás alguno no quiera quedarse.
Bueno, habrá que pagar ese precio también.
Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor.
Y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)"

El camino de la autodependencia. Jorge Bucay

domingo, 27 de junio de 2010

¿Existe la suerte?

Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra.
El vecino que se percató de este hecho corrió a la casa del hombre para avisarle:
-Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes más. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar, ¡qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
Unos días más tarde el hijo montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido!, tras el accidente tu hijo no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?
Pasó el tiempo y estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército empezó a reclutar jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al accidentado se le declaró no apto. Nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-Buena suerte, mala suerte, ¿quien sabe?

viernes, 25 de junio de 2010

jueves, 24 de junio de 2010

¿Dicho y hecho? No siempre.

Tres granotes estan a sobre una gran fulla de nenúfar que sura a un estany. Una granoteta decideix llançarse a l'aigua. ¿Quantes granotes queden? ¿Dues? Doncs, no!

Encara queden tres perquè no és el mateix decidir fer una cosa que fer-la.

A palabras necias, oidos sordos.

Un xarlatá conversava un dia amb Aristòtil i no acabava mai de donar-li la llauna, alhora que farcia el discurs d'al•lusions malèvoles al filòsof. Com que Aristòtil seguia impertèrrit i no deia ni ase ni bèstia, el xarlatà li demanà:
- No et deuen molestar les meves paraules?
- No, no, i ara. Ja fa estona que he deixat d'escoltar-te.

lunes, 31 de mayo de 2010

Jo què hi puc fer?

JO… QUÈ HI PUC FER?

Aquella nit Martin Luther King feia una conferència. Volia convèncer als assistents de la importància de desenvolupar un profund sentit de col•laboració entre les persones a fi de poder assolir objectius valuosos per a la comunitat. Ell havia sentit repentidament la mateixa quiexa estèril:
- Però jo… ¿qué hi puc fer?
Aquell dia va fer apagar tots els llums de l’estadi. Quan tothom va estar a les fosques, va preguntar:
- Algú pot fer res per il•luminar-nos ?
Tothom va romandre en silenci : Ell va treure l’encenedor i el va encendre.
- Veieu aquesta llum ? –va dir.
- Ens serveix per a alguna cosa?
Novament, es va fer el silenci.
- Traieu ara, cadascun de vosaltres, els vostres encenedors i, quan us faci el senyal, enceneu-los.
L’estadi es va il•luminar amb milers de llums petitones.

domingo, 23 de mayo de 2010

martes, 11 de mayo de 2010

sábado, 24 de abril de 2010

Tengo que buscar más utilidad a mi blog. También tengo que encontrar tiempo

martes, 9 de febrero de 2010

Hola,

Bienvenido a mi blog.

Ya no me acordaba de mi contraseña para entrar.

Qué cabeza! Yo sí que tengo alteraciones cerebrales