martes, 29 de junio de 2010

El precio de la autodependencia

"Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad: el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio.
Tendré que ser libre aunque a ti no te guste.

Y si no vas a quererme, así, como soy;
y si te vas a ir de mi lado, así como soy;
y si en la noche más larga y más fría del invierno
me vas a dejar solo y te vas a ir...
cierra la puerta, ¿viste? porque entra viento.
Cierra la puerta. Si esa es tu decisión, cierra la puerta.
No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que quieras. Te digo: cerrá la puerta, porque yo me quedo y hace frío.

Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de ser inmanejable.
Porque los autodependientes son inmanejables y sabemos que no hay nadie que los pueda manejar. Porque a un autodependiente lo manejas solamente si él quiere, con lo cual, no es manejable, no estás manejándolo; él está manejando la situación, él se está manejando a sí mismo.

Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu desarrollo, una manera diferente de vivir en el mundo y probablemente signifique empezar a conocer un poco más a quien está a tu lado.
Si eres autodependiente, de verdad, si no vas a dejarte manejar ni siquiera un poquito, es probable que algunas de las personas que están a tu lado se vayan... Quizás alguno no quiera quedarse.
Bueno, habrá que pagar ese precio también.
Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi alrededor.
Y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)"

El camino de la autodependencia. Jorge Bucay

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